Reflexiones en un día de lluvia

  Afuera llueve fuerte y adentro Alejandro juega con sus legos. Mientras él juega yo pienso en cómo empezar mi vuelta al sol. Mi aprendizaje de ahora en más es valorar, agradecer y no quejarme. Costa Rica me enseñó a vivir con menos y eso es lo que trato de recordar cada vez que quejo.

Puedo aplicarlo en cosas concretas:

1. Reírme de mi Corsa (acá se llama Monza) del 2001 que, entre otras gracias, tiene el cierre de la ventana rota y no funcionan las luces de adentro.    
     
2. Amar mi barrio El Llanito con sus calles de tierra llena de pozos. 
   
3. Disfrutar de mi ropa aunque esté un poco vieja. 
   
4. Tomar con filosofía la larga fila para la extracción de sangre de Alejandro en el EBAIS (salita de primeros auxilios en Villareal). 
  
 5. Agradecer cada mañana que la niñera de Alejandro, Paula, viene a buscarlo. Recordar que es un regalo que lo ama a mi hijo como si fuera su nieto.
   
6. Valorar la ropa de Alejandro y regalar lo que ya le queda chico.
  
7. Disfrutar los atardeceres en la playa con amigos.
  
8. Ver una película en Netlix en el patio de casa y disfrutarla como si estuviera en el cine. (A fin de mes inauguran las primeras salas de cines en Tamarindo!!!)
   
9. Cocinar la tarta de coco y dulce de leche y estar feliz con los ingredientes que encuentre en Tamarindo. 

10.  Agradecer a Dimitri por su amor y bendecir a Dios por el regalo de Alejandro.
Alejandro con la bata que le regaló su madrina, Clara Okecki. 

   
   

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