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Gracias Grecia

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  Hace mucho tiempo no me tomaba tantos días de vacaciones. Agradezco a Dios este tiempo junto a Dimitri en Grecia.             Llegamos el 27 de septiembre. Todavía hacía calor en Atenas . Como sólo teníamos una semana aprovechamos el tiempo al máximo.  Luego de un buen desayuno con café y spanacopita , caminábamos 4 o 5 horas en promedio por día. Recorrimos los típicos lugares turísticos pero también los rincones a donde sólo llegan los locales. Nos hospedamos en la casa de Iasonas, el hermano de Dimitri, así que estuvimos muy cómodos.               El domingo 2 de octubre nos tomamos el tren a Patras, en el Peloponeso, para pasar allí varios días en la casa de Anna María y Hari, los padres de Dimitri. Bajamos del tren en Kiato a donde nos estaba esperando Hari, quien nos fue a buscar en su auto. El encuentro fue especial. Me tomó la cara con sus manos, me miró a los ojos y abrazo mediante me dio la bienvenida en griego. Nos subimos al auto y después de poco más de una hora lleg

Primeras impresiones de mi viaje por Grecia

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  LENGUAJE: Me impresiona el parecido de los argentinos con los griegos. La fonética es muy similar y también realizan muchos gestos con las manos. CRISIS: Otra similitud. Argentinos y griegos hemos vivido de crisis en crisis así que sabemos adaptarnos a diferentes contextos. Si no sabemos realizar un trabajo, aprendemos. JÓVENES: Debido a la crisis económica, muchos jóvenes con formación profesional no tienen trabajo. Algunos se han ido del país. Otros optan por trabajar en su rubro de forma voluntaria y mientras tanto, ganan algo de plata en bares, hoteles, negocios y comercios. CURIOSIDADES DEL TRÁNSITO: Estacionan en cualquier lado. Más bien, en TODOS lados. En Atenas y Patra dejan sus autos en doble fila durante horas. A veces pasa un auto de la policía y hace sonar una sirena. Recién ahí, salen de la cafetería, mercado o donde quiera que estén y lo quitan.  Dan la vuelta a la manzana y vuelven a dejarlo en el mismo lugar. Hasta la próxima ronda policial. AZU

Poner el corazón

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               El miércoles pasado mis compañeros de la Asociación de Desarrollo Integral de Tamarindo (ADIT) me hicieron una despedida. Nunca antes en un trabajo me habían demostrado tanto amor y reconocimiento.                Roseane Herzog, de ADIT, nos recibió en su espléndida “Casa Antigua”. Apenas entré me quedé fascinada con el estilo colonial, la tenue iluminación y la frescura del ambiente. Su cocina invita a preparar platos ricos, como la auténtica feijoada que ella y su marido suizo, Denis, estaban terminado de cocinar con mucha dedicación.                Un capítulo aparte merece la música en vivo de otro gran vecino, el artista brasileño Fabio Avelino Dos Santos. Guitarra en mano, y con su clásico sombrero, entonaba su repertorio, bossa nova y su tan conocida “Costa Rica, Pura Vida”. Tocó durante toda la noche y ambientó la fiesta.  Al principio más suave y luego de la comida, la cerveza artesanal que trajo Joe Walsh y varias copas de vinos, se puso más movidito. Cu

A la par

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           Llegué a Costa Rica el 10 de diciembre del 2014 para hacer una experiencia de seis meses. Estaba  llena de prejuicios, miedos, estructuras mentales y modos de hacer ciertas cosas. En este año y 10 meses, me volví a conocer. La naturaleza, el lugar, las personas que conocí y mi constante necesidad de reflexión, cambiaron mi destino.  A fines de septiembre, en 40 días, me voy unos meses a Grecia y a conocer a la familia de mi novio, Dimitri. La idea es tomarnos unas vacaciones y viajar por allí. Creo que todo llega cuando uno está listo. En mi caso, conocí a Dimitri cuando ya había renunciado a la idea de encontrarme con alguien en un lugar tan de paso, como es Tamarindo.  El 14 de enero de este año me metí al mar y no fue igual que siempre.  Fue una inmersión. Agradecí todo lo que este paraíso me había regalado: amigos, trabajo y una nueva forma de ver la vida. Y lo más importante, dejé ahí en el mar mis ganas de conocer a alguien, solté el estar pendiente de cuánd

Niga, la gatita derriba prejuicios

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     Desde chicas pensé que no me gustaban los gatos. No fue a partir de ninguna mala experiencia; simplemente, me convencí de que no eran de mi agrado. Me inspiraban desconfianza y miedo. Y repetía y me repetía: “No me gustan”. Y me encantaba jactarme de que prefería a los perros. Como si unos fueran mejores que los otros, casi como pronunciarse a favor de un equipo de fútbol.      Cuando empecé a trabajar en la oficina del Hotel Capitán Suizo aquí en Tamarindo, me encontré con varios animales, entre ellos los no tan queridos gatos. En las reuniones de equipo, siempre se colaba uno, Pinto, que se acercaba a mí.  Frotaba su cuerpo contra mi pierna o se subía al sofá y caminaba por atrás de mí. Yo trataba de disimular pero la realidad es que me generaba rechazo. A medida que pasaban las reuniones me fui acostumbrando y pasó a “no molestarme”.  En el hotel adoptaron a tres hermanitos bebés de color naranja con los que empecé a generar otro tipo de vínculo. Cada tanto jugaba con ell

Sin filtros

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            El jueves pasado fui a cenar a la casa de unos amigos, Harry y Mary Lee. Harry es irlandés y su mujer, Mary Lee, canadiense. Entre copas nos pusimos a hablar sobre cómo Playa Tamarindo había afectado la vida de cada uno. Y así salió el tema de los filtros.  La realidad es que una vez que llegué acá me di cuenta de la cantidad de filtros que rodeaban mi cabeza y mi corazón. A medida que el calor te hace desprenderte de la ropa, zapatos cerrados, peinados y demás arreglos, también te vas desprendiendo de parámetros mentales con los que vivías y te sentías seguro. Es como si la playa obligara a sacarte aquello que no va con uno y poco a poco, va descubriendo su esencia que quizás estaba escondida debajo de tantas capas de celofán.  Para peor, ese celofán no sólo tapaba aspectos de la personalidad del que lo lleva sino que también nubla la vista para ver a los demás, tal como son. Es raro de explicar pero voy a intentarlo. Antes de venir acá, tenía una idea de cómo d

Pura Vida y Let it be

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Hoy me puse a pensar que pura vida puede también traducirse como "let it be", "soltar" y "seize the day". Mi forma de ser me lleva a querer controlar, saber, deducir,  anticiparme y estar en todo. Una fiaca.  Lo sé... Pero  también sé que las cosas pasan por y para algo. Haber caído en el país de la pura vida no fue casual. Tamarindo me está enseñando a dejar que Dios, el destino, la Energía, o como cada uno lo llame, haga su trabajo sin intervenir.  Es todo un aprendizaje, una práctica, una filosofía de vida.   Soltar también es dejar que las cosas tomen su curso sin querer moverlas a mi antojo. Es dejar que las personas sigan su camino, salir de mi estructura para conocer otros estilos de vida, es saborear el presente sin pensar en mañana y es jugarmela por lo que quiero. Ojalá esta filosofía me acompañe siempre y en todo lugar. Practicar yoga casi todos los días me ayuda mucho a vivir el presente y a no abrumarme con el futuro. Gracias a Dios y a la