Poner el corazón
El miércoles pasado mis compañeros de la Asociación de Desarrollo
Integral de Tamarindo (ADIT) me hicieron una despedida. Nunca antes en un
trabajo me habían demostrado tanto amor y reconocimiento.
Roseane Herzog, de ADIT, nos
recibió en su espléndida “Casa Antigua”. Apenas entré me quedé fascinada con el
estilo colonial, la tenue iluminación y la frescura del ambiente. Su cocina
invita a preparar platos ricos, como la auténtica feijoada que ella y su marido
suizo, Denis, estaban terminado de cocinar con mucha dedicación.
Un capítulo aparte merece la
música en vivo de otro gran vecino, el artista brasileño Fabio Avelino Dos
Santos. Guitarra en mano, y con su clásico sombrero, entonaba su repertorio, bossa
nova y su tan conocida “Costa Rica, Pura Vida”. Tocó durante toda la noche y
ambientó la fiesta. Al principio más
suave y luego de la comida, la cerveza artesanal que trajo Joe Walsh y varias
copas de vinos, se puso más movidito. Cuanto Avelino empezó con la samba, Rosie,
Alejandra Parody y yo nos levantamos de la mesa para bailar mucho y cantar un
poco.
Luego, la linda de Doris Acosta,
vocal de ADIT y a quien yo llamo “Doribelle”, toma la palabra, se hace un
silencio y mirándome a los ojos me expresa todo su cariño. Para quienes no lo
saben, Doris trabaja ad honorem 7 horas todos los sábados organizando la Feria
De Tamarindo. Chapeau!
Llega el turno de Urs Schmid, mi jefe directo y
presidente de ADIT. Fue también muy
amable con sus palabras. Admiro su trabajo en equipo, enorme generosidad y
entrega.
Rosie, la anfitriona también compartió en su
discurso que le gustó mucho mi última entrada del blog en el que menciono ese
gran baño de mar previo a conocer a mi amor, Dimitri.
Finalmente, habló mi compatriota, Martín
Salerno, el Negro. Mi cómplice del “idioma argento” quien recordó el momento en
que nos conocimos. Fue el 20 de diciembre de 2014, en la gran fiesta de ADIT en
Pangas, yo le pedía que me indicara quién era el presidente para ofrecerle mi
ayuda en temas relacionados con la comunicación. ¡Qué buena memoria Martín!
Me dio mucha ternura ver cómo Dimitri miraba
toda esta escena. Fue muy lindo compartir con él parte de lo que fue mi día a
día laboral. Un trabajo en el que puse mi corazón y tiempo durante casi año y
medio.
Agradezco a todos los que componen esta
organización comunal: directivos, profesionales contratados, voluntarios, afiliados
y vecinos. Disfruté mucho conocer cómo
se trabaja en una organización comunal: coordinado comités, tejiendo relaciones
con organizaciones gubernamentales, organizando eventos de recaudación de
fondos, reuniéndome con grupos de influencia y gestionando la comunicación. Creo
que me voy de ADIT con una mejor idea de cómo resolver conflictos e interactuar
con distintos grupos de personas. También sé más de perros luego del "ADI Dog Event" que hicimos en julio de este año. Ja. ¡Qué divertido! Fue un desafío muy importante.
Mariel Marmorato, mi profesora de yoga en Ser
Om Shanti, me dijo el otro día: “Cuando uno pone el corazón, nada puede salir
mal”. Y así fue. Y así es.
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